Cómo pintó Miguel Ángel la Capilla Sixtina

Las manos de Dios y Adán (foto Wikipedia archivo)

El Papa ordena un milagro

El Papa Julio II creía que Miguel Ángel era capaz de hacer cualquier trabajo y le ordenó pintar el techo de la capilla. “Pero yo no soy pintor,” Miguel Ángel protestó, “soy escultor. Con el pincel he hecho muy poco y ¡quiere Vd. que pinte 1000 metros cuadrados sobre un techo curvo!”

“Harás un magnífico trabajo”, dijo Julio. “Mi arquitecto Bramante te levantará el andamio.” Era un hombre muy duro, más parecido a un comandante militar que a un papa, y no quería oír protestas. En una ocasión llegó a golpear a Miguel Ángel con su bastón por impertinencia.

Un medallón con el busto del Papa Julio II (Wikipedia foto archivo)

Miguel Ángel fue a casa con gran preocupación y desánimo. Era un hombre ambicioso pero el Papa le estaba pidiendo que hiciera un milagro. Si fracasara, todos sus errores estarían permanentemente a la vista de todos. ¿Cómo iba a pintar mejor que los pintores?

El Gran Diseño

Al rato volvió en sí. Aunque nunca había pintado al fresco y tendría que aprender la técnica, consideraba que estaba a su alcance. Se puso a trabajar. Bocetó su primera idea: los Doce Apóstoles y alguna decoración de relleno. Pero pronto le parecía demasiado simple, que el techo no iba a tener la riqueza que merecía; y obtuvo permiso para un plan más ambicioso.

Lo que entonces concebió fue una pintura enorme de 300 figuras que ilustraban la pre-historia de la Salvación, es decir, el tiempo del hombre en la tierra antes de la llegada de Jesucristo.

Esquema de las pinturas en el techo de la Capilla Sixtina, Roma (foto de archivo Wikipedia)

¿Qué es la pintura al fresco?

Para pintar en una pared los artistas utilizaban una técnica llamada al fresco. Mezclaban arena y cal y extendían la mezcla sobre la pared. Aplicaban sus colores en seguida, mientras la pared estaba todavía húmeda o fresca. Los colores fusionaban químicamente con la cal y se hacían imborrables al secarse la pared.
La técnica del fresco es muy antigua y se remonta por lo menos a los egipcios.
No es fácil de aprender. El espléndido retrato abajo, que representa Safo, la poetisa griega, es romano y fue encontrado debajo de las cenizas volcánicas que destruyeron Herculano en Italia.

Safo, un fresco de Herculano (foto Wikipedia archivo)

Una llamada a sus amigos

Para sus frescos Miguel Ángel hizo bocetos llamados cartones, pintando con acuarela sobre cartón o lienzo. Entendía de bocetos porque había hecho varios para el proyecto de un fresco en Florencia, pero no había llegado a copiarlos en la pared. Necesitaba el asesoramiento de los expertos. Escribió a sus amigos pintores en Florencia, pidiéndoles que viniesen a Roma a enseñarle cómo empezar. Acudieron de muy buena gana y pintaron parte de su primer cartón en el techo mientras él los observaba. Pero después de sólo una o dos semanas Miguel Ángel se dio cuenta de que no podía hacer las cosas a la manera de ellos y los despidió.
Se encerró en la capilla y comenzó, completamente solo, a copiar sus cartones sobre la enorme bóveda de la Capilla Sixtina. Ensayo y error. Fue increíblemente duro.

El esfuerzo físico

La pintura al fresco requiere un gran esfuerzo físico. Todos los días, igual que lo haría  un albañil, el artista tiene que preparar su mezcla de yeso y arena y aplicarla en la pared con llana y paleta, y luego darse prisa para pintar. Debe acabar la pintura antes de que se seque la mezcla. Y pintar un techo es doblemente difícil, porque todo se hace  encima de la cabeza. Sólo los preliminares de ese trabajo, como levantar y sujetar los enormes cartones de sus figuras, mientras trazaba las líneas maestras del boceto en el techo, debieron ser agotadores.

A veinte metros de altura, sobre las tablas movedizas de los andamios, Miguel Ángel pintaba, mirando siempre hacia arriba. Frotaba el cuello por el dolor que le daba. En una carta a un amigo dibujó una pequeña caricatura de sí mismo mientras pintaba. Tiene la cabeza echada hacia atrás lo que más puede. Dice su biógrafo que después de la gran obra, su vista fue seriamente alterada durante meses.

La caricatura que hizo Miguel Ángel de sí mismo pintando el techo de la Capilla Sixtina (foto Wikipedia archivo)

A diario se forzó al límite. Prácticamente hacía su vida casi toda en la capilla, comía cebollas y pan duro. “No tengo amigos y no quiero tenerlos ahora”, escribió a su padre.

El Gran Retroceso

Un día, cuando había terminado un tercio de la bóveda, descubrió unas manchas que se extendían sobre sus pinturas. Fue el colmo. Corrió al Papa, rogándole que le permitiera dejar el trabajo. “Le advertí, Santidad, que yo no era pintor”, dijo. “Ahora se ha estropeado todo lo que he hecho”.
El Papa envió a un experto para evaluar el daño y éste le explicó a Miguel Ángel que no era para tanto, que las manchas se podían eliminar. Le enseñó cómo quitarlas y le animó a seguir adelante.

Una bóveda de cañón

El techo es una bóveda de cañón con ocho grandes concavidades triangulares sobre las ventanas.
En esas y en otros triángulos de las cuatro esquinas, llamados “pechinas”, Miguel Ángel continuó sus representaciones de los antepasados de Cristo e incluso cubrió los espacios más abajo, encima de las ventanas, los llamados “lunetos”.

Los temas

En el centro del techo hay ilustraciones de nueve historias bíblicas. El segmento que representa a Dios creando a Adán es una de las imágenes más famosas jamás pintadas.

Creación_de_AdánDios crea a Adán (foto Wikipedia archivo

Otras escenas famosas son El Diluvio y La Tentación y La Expulsión del Jardín de Edén.

El Diluvio Universal de Miguel Ángel

El Diluvio Universal de Miguel Ángel

El Diluvio Universal (foto archivo de Wikipedia)
La fruta prohibida (Wikipedia archivo foto)

La enorme figura de Jonás de la pared frontal es especialmente admirada por su escorzo, que tuvo que contradecir la curva del techo.

El Profeta Jonás en la Capilla Sixtina

El Profeta Jonás en la Capilla Sixtina

El Profeta Jonás (foto de archivo de Wikipedia)

Los jóvenes desnudos que enmarcan las escenas, esforzándose sin tarea aparente, tal vez estaban destinados a mostrar la vana lucha del hombre antes de que viniera el Salvador.

El Papa Impaciente

El Papa Julio sentía tanta curiosidad por lo que pintaba Miguel Ángel en la capilla, que a menudo le hacía visitas. Se maravillaba de lo que veía y quería mostrar tamaño milagro a sus amigos. Al final perdió la paciencia; no pudo esperar a que Miguel Ángel terminara. Tenía mal genio y nunca toleraba una respuesta negativa a sus órdenes.
Aunque sólo la mitad del techo estaba cubierto, el Papa ordenó a Miguel Ángel que desmontara los andamios y abriera la capilla al público. “No puedo”, dijo Miguel Ángel. “Todavía no he terminado.” Llevaba trabajando casi dos años – desde 1508 hasta 1510.
“O quitas el andamio o te arrojamos de allí”, dijo el Papa. No era una broma. Miguel Ángel no tuvo más remedio que obedecer.

El público asombrado

La capilla se llenó de gente y corrió la voz que las pinturas eran la cosa más asombrosa jamás vista. Las figuras mostraron un nuevo tipo de belleza y poder. Cada uno de ellos era una obra maestra en su concepción y color. La visión de Miguel Ángel fue abrumadora.

Las pinturas del techo de la Capilla Sixtina  (Wikipedia foto)

Miguel Ángel volvió a montar el andamiaje en enero de 1511. En un esfuerzo titánico logró terminar la otra mitad del techo el 14 de agosto y el Papa Julio, con gran orgullo, celebró la primera misa en la capilla de su tío Sixto.

Todavía quedaban las pechinas y lunetos por pintar y Miguel Ángel no los terminó hasta octubre de 1512. En total, el techo fue obra de cincuenta y cuatro meses.

Unos veinticinco años más tarde, otro Papa le encargaría la decoración de la pared frontal de la misma capilla, donde pintaría su Juicio Final (1537-1541).

¿Por qué se llama la Capilla Sixtina?

La capilla con las pinturas de Miguel Ángel fue construída por el Papa Sixto IV. De ahí su nombre, la Sixtina.
Y Sixto IV era el tío del Papa Julio II, el que encargó las pinturas del techo. Julio era famoso por guerrero, intrigante y mecenas del arte del Renacimiento.
En aquella época el papado era un cargo reservado para los miembros más influyentes y ambiciosos de la aristocracia.

Ubicación de la Capilla Sixtina en el Vaticano

Vea esta espectacular visita virtual de la Capilla Sixtina. Es tan buena o mejor que una visita real (no hay multitudes, puede acercarse a las imágenes hasta casi tocarlas).

 

Fuentes:
La mayor parte de lo que se sabe de Miguel Ángel proviene de sus cartas, de las que cerca de 500 sobreviven, sus poemas, y las biografías de Giorgio Vasari y Ascanio Condivi, escritas en vida del artista.

El libro de  Ludwig Goldscheider es una fuente reconocida de información y una obra maestra de fotografía en blanco y negro.

Vea más artículos sobre las obras de Miguel Ángel y otros maestros en  Grandes pintores y escultores y The Best Artists

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5 Responses to Cómo pintó Miguel Ángel la Capilla Sixtina

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  3. 100swallows says:

    Luis Touriño: Gracias. No conozco esa película pero la buscaré. Heston tiene un gran parecido con Miguel Ángel; Harrison con Julio II, menos. Otro saludo para tí.

  4. Muy buen articulo y detallado artículo sobre la Capilla Sixtina. Me he acordado de la película
    en que el papa Julio II (Rex Harrison) encarga a Miguel Ángel (Charlton Heston) que pinte
    la Capilla Sixtina. Gracias y un saludo.

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